Los techos a doble altura son frecuentes en las casas contemporáneas. A pesar de su desventaja clara en cuanto a climatización, aportan una sensación de amplitud inigualable que no deja impasivo a nadie.
En nuestro caso, tenemos techos a doble altura tanto en el hall (incluso tripe altura) y en el salón. En el salón además se aprovecha la doble altura para ubicar una buhardilla encima del comedor y cocina comunicada con el salón por arriba, que además da al hall. En nuestro caso, como tenemos la cubierta inclinada que sube desde el fondo del salón hasta el fondo de la buhardilla, la doble altura tiene un menor volumen de espacio por la inclinación evitando que se vea como un cubo enorme de aire encima del salón quizás poco acogedor, como es bastante típico, y facilitando además un poco su climatización.
Salones a varios niveles
El salón dispone de un desnivel de suelo con respecto al comedor, desde el que accede bajando 2 escalones, lo que confiere al salón un toque más íntimo y recogido. Estos detalles arquitectónicos son importantes para separar zonas, que como en nuestro caso, son muy amplias y están distribuidas de forma diáfana.
En la parte oeste del salón tenemos una amplia cristalera en forma de L que, gracias a la zona de pérgola cubierta exterior, se protege un poco del sol andaluz de las tardes que nos entra por el oeste. La forma en L de la cristalera permite una mejor visión de la zona de piscina desde el sofá, lo que además de proporcionarnos una espléndida vista, puede ser útil para tener controlados a los niños mientras juegan.
Fruto de dicho enfoque visual que queremos del salón hacia la zona de piscina, se plantea como mejor opción poner el mueble de TV en la unión comedor/salón de forma que el sofá quede de espaldas a la pared del fondo mirando a la piscina, consiguiendo también de esta forma, que el mueble de TV marque un poco la separación entre el espacio de comedor y el de salón.
El sofá de rinconera sigue un consejo práctico de Feng Shui que desaconseja los sofás completamente lineales por no favorecer la comunicación entre las personas.
En primer lugar, la chimenea acompaña esta pared que estaba bastante despoblada, generando un “rinconcito hogareño” con un chaise-lounge tipo Le Corbusier o similar.
Al poner la chimenea incrustada en una pared real la salida de humos de la chimenea no rompe la continuidad del espacio entre comedor para hacer tus dietas y salón que en otro caso se perdería (afectando incluso la continuidad con la buhardilla). Además tampoco es bueno para el mueble de TV tener la chimenea demasiado pegada a él.
La posibilidad inicial de poner la chimenea a dos caras en medio del salón/comedor era bastante dificultosa debido al desnivel entre salón y comedor la ubicación. Dicho desnivel hay que conservarlo si no queremos que el mueble de TV quede muy alto y separe demasiado la continuidad de espacio comedor-salón.
Al disponerla en esa pared es posible montar una preciosa chimenea de gas alargada que le va perfecto al tipo de casa, este sería casi imposible si fuera en el centro por cuestiones de espacio.
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