Renovar la fachada, lo que debemos saber

La descamación o el mal estado del soporte de la vivienda, la fachada tiene que ir renovándose cada 15 años, lo que nos permitirá que la casa siga teniendo un buen aspecto. Antes de ponerse a renovarla, debemos tener en cuenta algunos consejos para renovar la fachada.

La fachada es la primera pared de la casa se enfrenta al barro, la humedad, la contaminación, etc. Con el tiempo, se va deteriorando, con mayor o menor velocidad. Aproximadamente cada 10 años, una primera limpieza de la fachada favorecerá el estado del soporte. Las pequeñas grietas son un signo de una necesidad de renovación. Para hacerlo por nuestra propia cuenta o por los servicios de un profesional, la renovación de la fachada requiere cierta disciplina y conocimientos, como para cualquier tarea que queramos realizar en el hogar.

1. Reconocer una fachada en mal estado

Aunque hay muchos tipos de fachada, con sus propias características, algunos signos son idénticos en todos los medios. El moho en una fachada es un signo de deterioro y de humedad. Cuando la fachada está cubierta por pintura, podría estar deteriorada habiendo perdido color, reflejando diferentes tonalidades, por el desgaste del tiempo. La pintura tiene una vida útil, que va asociada al clima y al tiempo, podemos encontrar que está este descarrillada, sobre todo en las zonas más cercanas al suelo.

Otra señal, que es más preocupante, y que puede exigir un poco mas de atención. Ya que puede causar problemas de fugas en el revestimiento. Entre 0 y 2 mm, una grieta puede ser tratada con un revestimiento impermeable. Se considera que hasta los 2 mm,  las necesidades de reparación de grietas se pueden realizar puentes, parches de mortero. A continuación, se detallan trabajos más grandes y que necesitan la intervención de un  profesional.

 

2. Preparación de la parte delantera del reformado

La renovación de la fachada dependerá de cómo se encuentre el apoyo principal.  La idea es hacer que el apoyo este  limpio y saludable antes de aplicar un revestimiento o pintura. El primer paso consiste en pulir la fachada y lavar a fondo. El uso de una limpiadora a presión o un cepillo y un rociador de agua, eliminara cualquier imperfección barro, signo de contaminación, etc.. El material suelto también debe ser eliminado.

Una vez que el soporte ha sido limpiado de imperfecciones o trastornos, tales como la humedad ascendente o las grietas. Ya que estos son indicativos de una estructura en mal estado y deben ser procesados y estabilizarse antes de la instalación de un nuevo revestimiento de fachada.

Si pensamos en renovar la estructura o arreglarla, se recomienda que lo realice un profesional, con un producto  anti-espuma o repelente al agua, que es muy importante, ya que realmente protege contra la humedad y la infiltración. La fachada necesita esta protección con el fin de luchar contra la humedad y que sea más persistente al paso del tiempo.

 

3. Comprobar con el ayuntamiento los trámites administrativos

Al igual que todos los trabajos al aire libre, la renovación de la fachada lo debemos solicitar en el ayuntamiento. Antes de elegir el material o el color de su nueva fachada, pregunte por las condiciones particulares previstas para el desarrollo local. Ciertas reglas son específicas de cada ciudad o pueblo. Asimismo, recordemos  preguntar acerca de los trámites para la instalación de andamios y contendores. Si la casa está situada al lado de un edificio histórico, puede ser necesaria una autorización especial.

 

4. Determinar la fachada existente

Un paso clave para la renovación de la fachada, es saber el apoyo  del panel frontal para elegir cuales son los materiales a elegir. Para cubrir el riesgo de tener un recubrimiento que no se adhiere. La elección del recubrimiento para la renovación de la fachada dependerá del soporte existente. Se trata de determinar el recubrimiento de la parte delantera gracias a pistas, siempre que no tengamos este dato, aunque un profesional seguro que con unos rasgos en la fachada lo descubrirá, por ejemplo, si el apoyo es orgánico o inorgánico, en un material orgánico al apoyo se ablanda. Con un material inorgánico, no.

La pintura orgánica,  consiste generalmente en una resina sintética muy conocida por sus cualidades impermeables, se puede aplicar en una fachada ya cubierta por una pintura mineral, hecha de elementos naturales como la cal. Sin embargo, a la inversa no es posible. Ya que la pintura mineral no se adheriré a una fachada cubierta con pintura orgánica.

 

5. Seleccione el tipo de recubrimiento para la fachada

Por encima del material de base, tal como piedra, ladrillo u hormigón, el yeso, que protegen el hogar, se estandariza y así se puede determinar su estilo. Se elige cuidadosamente, teniendo en cuenta la ya presente. La idea principal para la renovación de la fachada es respetar el primer sistema de apoyo de la casa. La pared regula el intercambio de gases, la respiración para una buena garantía para la habitabilidad. El revestimiento seleccionado participa también en la comodidad en el interior de la casa.

Tiene la posibilidad de elegir entre un material orgánico o inorgánico del recubrimiento, existen muchos tipos del mismo. Los recubrimientos minerales, revestimientos delgados o gruesos. Los revoques minerales inorgánicos u orgánicos, siempre es mejor respetar el que tenga de origen el edificio de la casa. Algunos se aplican con una paleta o cepillo, tales como la cal. También hay productos de despliegue, este lugar está reservado a los profesionales que estarán equipados con una máquina para estos fines. Los recubrimientos orgánicos se aplican generalmente con una paleta y también ofrecen varios tipos de acabado. La elección de la técnica dependerá del resultado deseado.

La renovación de la fachada a menudo requiere un nuevo acabado de pintura. Por ejemplo, para hacerlo suave, mezcle la pintura. Empieza por pintar las esquinas y rincones con un rodillo. A continuación, aplicar la pintura generosamente sin dilución, arriba y abajo, luego pasar a cruzar los pases. El último paso se realiza sin necesidad de recargar la pintura del rodillo de arriba a abajo. Estar alerta, cubrir el exterior que estemos pintando para evitar que queden marcas y manchas.